Más allá de las fronteras del gourmet
¿Quién dijo que la tarta salada es solo una cuestión italiana? Si bien en nuestro país la tradición en cuanto a masas y rellenos, como hemos visto, es riquísima, resulta igualmente fascinante descubrir cómo en otras cocinas del mundo las tartas saladas ocupan un lugar de honor, entre historia, cultura y sabores inesperados. Y nosotros, que hacemos de las levaduras nuestra pasión diaria, os invitamos a emprender un viaje virtual para descubrir estas delicias saladas de corazón internacional.
Comenzamos por la refinada Francia, donde la quiche lorraine representa un verdadero símbolo de la cocina tradicional. Nacida en la región de Lorena, en su versión más clásica se prepara con una base de masa brisée y un relleno rico de nata, huevos y panceta ahumada. Es una tarta que habla de convivialidad y sabor intenso, perfecta para un almuerzo en la terraza con una copa de vino.
Bajando hacia el sur, entre los paisajes soleados de Grecia, encontramos la spanakopita, una tarta salada compuesta por finas capas de masa filo que encierran un perfumado relleno de espinacas, hierbas aromáticas y queso feta. Junto a la tyropita, su “hermana” rellena solo de quesos, representa uno de los platos más queridos de la cocina helénica, para disfrutar caliente o a temperatura ambiente, quizás con vista al mar, porque es un street food perfecto.
Desplazándonos hacia el este, llegamos a Turquía, donde reina el börek: una espiral crujiente de masa filo que puede rellenarse con carne picada, quesos o verduras, según las tradiciones locales.
En el Reino Unido, en cambio, la tarta salada se viste de robustez con la pork pie: un envoltorio de masa compacta que encierra un relleno de carne de cerdo. Típica de los almuerzos al aire libre y de las cestas de picnic, esta tarta es sencilla, pero no por ello menos sabrosa.
Finalmente, una mirada al insospechado Oriente, donde incluso China tiene su versión: la tarta de taro, una preparación tradicional cantonesa a base de raíz de taro, harina de arroz y condimentos como carne o setas. Es un plato de sabor delicado y textura particular, que se sirve a menudo en los banquetes dim sum (un tipo de cocina del sur de China).
En cada rincón del mundo, la tarta salada cuenta una historia diferente: de territorios, de ingredientes locales, de culturas milenarias. Y en cada masa, incluso lejos de casa, la levadura desempeña su papel silencioso pero fundamental, regalando fragancia, estructura y ese aroma irresistible que enseguida nos hace pensar: “¡Está listo!”.